CAPÍTULO 4 - ÁNGEL
- ¡Ya estoy aquí! Ángel llegó corriendo, aunque realmente no hacía falta. Sentada en el banco y con un paquete de pipas saladas en las manos estaba la muchacha más disciplinada e inteligente que había tenido la suerte de conocer jamás. Natalia tenía una melena castaña y lisa siempre recogida en una coleta, gafas de pasta de color rojo y unas bonitas pecas encima de su naricilla. Vestía mallas de danza y a su lado reposaba una mochila donde llevaba todas sus cosas. Al igual que Ángel ella también acababa de salir de clase, sólo que en su caso se trataba del conservatorio de danza profesional. - ¿Cómo ha ido tu primera clase de música?- preguntó la chica llevándose una pipa a la boca. - Bien, la verdad. Aunque creo que me tengo que poner un poco las pilas para alcanzar a mi compañero- reconoció el rubio sentándose a su lado y soltando la guitarra con delicadeza sobre el banco. Ella le sirvió un puñado de pipas-. Luego os cuento. ¿Cómo va la cosa por aquí? Como cada lunes de...